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quinta-feira, 5 de abril de 2012

O que já devia ter sido dito, mas sobre tudo, há muito!

É um “grito”, estima o Süddeutsche Zeitung, mas um que pretende provocar uma polémica internacional. O escritor Günter Grass publicou hoje no diário de Munique, e em conjunto com The New York Times, La Reppubblica e El País um poema intitulado “O que deve ser dito”, onde alerta para uma guerra entre Israel e o Irão.
Face à possibilidade de “uma extinção do povo iraniano”, o prémio Nobel da Literatura pede nomeadamente que Berlim não entregue mais submarinos a Telavive, sendo o poder nuclear israelita um “perigo para a paz frágil no mundo”, enquanto o Presidente iraniano Mahmoud Ahmadinejad é qualificado como um simples “fala-barato”.
Grass, que perturbou a Europa em 2006, quando revelou a sua parceria com a Waffen SS em 1944, explica que se manteve durante demasiado tempo em silêncio por medo do “habitual veredicto de ‘antissemitismo’”.
Na Alemanha, a polémica relativamente ao texto não se fez esperar. Dos três diários nacionais que a puseram em primeira página hoje, Die Welt destaca-se por ter o título mais chocante: “Günter Grass, o eterno antissemita”. O famoso cronista do diário berlinense, o polémico Henryk M. Broder considera que
Grass é o protótipo do antissemita cultivado, que deseja o melhor aos judeus. Assombrado pela culpabilidade e a vergonha, e desejoso de estabelecer uma contabilidade na História, este entra numa batalha ao defender as suas ideias para desarmar “a causa de um perigo percetível”.
Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos.
Günter Grass
Traducción de Miguel Sáenz.                                

2 comentários:

  1. Israel continua a fazer de mim um anti semita!
    E não me digam que o povo não tem culpa dos erros dos seus dirigentes...
    Em democracia tem... e tem as culpas todas, pois são eles que reiteradamente os escolhem!

    O meu respeito pelos Palestinos e pela sua imensa razão, obriga-me a tomar partido claro.

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    1. Ao contrário do que diz o provérbio, há muito que os israelitas pensam e agem: Quem com ferros morre, com ferros mata.
      Para quem está de fora e quer ver o jogo com imparcialidade, tem que concordar com a análise (do ex-SS), porque a razão é imparcial.
      Mas a política de Israel tem apoios e apoiantes, os que concordam com as suas práticas. O nuclear quando mata não escolhe ideologias...

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